Por un Congreso del Cine Español


Es el momento. No se puede esperar más. La situación ha llegado a alcanzar una gravedad especial. La visible caída de espectadores en el primer semestre de este año, el fuerte descenso de los rodajes durante el mismo periodo (solo 43 largometrajes, un 26% menos que en 2012 y un 56% inferior a la cifra de 2011), el paro galopante entre la profesión, la incertidumbre que existe respecto a las ayudas públicas, la inoperancia de la Comisión creada por la Secretaría de Estado de Cultura, el mantenimiento del IVA en el 21% y de la piratería, la desaparición de la emblemática distribuidora Alta Films, incluso la dimisión del presidente de la patronal de los productores… Todo parece haberse confabulado para dejar al cine español bajo mínimos extremos. Por lo tanto, hay que reunirse, hay que hablar, hay que discutir, hay que reflexionar. Nunca como ahora ha hecho tanta falta la celebración de un Congreso del Cine Español, donde todo se pueda poner sobre la mesa.

Lo propuso ya José Luis García Sánchez en la reciente Asamblea de la Academia de Cine. Con el apoyo de los asociados presentes, se encomendó a la Junta Directiva de la entidad que estudiara la posibilidad de convocarlo en un plazo de tiempo razonable. No que lo organizara (para lo que la Academia no tiene recursos humanos ni económicos, ni probablemente sea su papel), sino que convocase al sector, a través de sus diversas asociaciones representativas, con el fin de que se pronunciara sobre la oportunidad y viabilidad de este Congreso. En el caso de que la respuesta fuese afirmativa, se trataría de formar un Comité Organizador, que habría de ocuparse de estructurar el encuentro y dotarlo de los necesarios soportes de todo tipo. Contando, además, con los partidos políticos, sindicatos, organismos de las Comunidades Autónomas y restantes “agentes” que participan en el tema. Nada especial cuando se trata de un Congreso global de estas características, con sus correspondientes áreas de estudio, comisiones y puntos de debate.

En la historia del cine español, existen precedentes que animan a llevar a cabo la propuesta, caso de las Conversaciones de Salamanca en 1955 o el Congreso Democrático del Cine Español en 1978, que dio origen en parte a la mal llamada “ley Miró”. Se trataba también de momentos excepcionales como el de ahora, en que –por uno u otro motivo– se respira la necesidad de que todo el mundo ponga las cosas en claro y busque soluciones a corto, medio y largo plazo. Sobre todo en un tiempo en que el terreno del cine ya no es tan específico, sino que se extiende a todo el ámbito audiovisual por el protagonismo que, respecto a él, han adquirido las televisiones.


Veremos qué sucede. Mientras este Congreso sale (o no) adelante, tengan ustedes unas buenas vacaciones.

Publicado en "Turia" de Valencia, julio de 2013.

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