Cannes, fiel a sí mismo



Mientras el cine español llega a la insólita cifra del 27% de la cuota de mercado interior, gracias al éxito comercial de Ocho apellidos vascos, el Festival de Cannes vuelve a dejarle prácticamente fuera de su Sección Oficial: tan solo dos coproducciones, una minoritaria y otra financiera, Relatos salvajes, del argentino Damián Szifron, y Aguas tranquilas, de la japonesa Naomi Kawase, llevarán una cierta participación de nuestro país, a cargo de las productoras El Deseo (Pedro Almodóvar) y Eddie Saeta (Lluis Miñarro). Por ello, la presencia más significativa es la de Jaime Rosales, cuya película Hermosa juventud se halla seleccionada por la sección paralela Un Certain Regard, lo mismo que en la Semana de la Crítica el cortometraje Safari, de Gerardo Herrero –no confundir con el productor de igual nombre–, nacido de un proyecto que fue premiado en Cinema Jove del pasado año. Además, un episodio del film colectivo Los puentes de Sarajevo, incluido entre las proyecciones especiales, lleva la firma de Marc Recha. Volviendo a la película de Rosales, me molesta bastante la conmiserativa y, en el fondo, paternalista frase con que la presenta el Festival, al hablar de ella como “un retrato de la bella y desafortunada juventud española en tiempos de crisis”. Como si los jóvenes franceses estuvieran en la gloria, y peor que van a estar tras las medidas anunciadas por el nuevo primer ministro, Manuel Valls…

Dejando aparte la pálida presencia hispana (lo que no es precisamente una novedad, agudizada desde 2009, cuando la Sección Oficial sí incluyó a Almodóvar, Amenábar e Isabel Coixet), Cannes’14 ofrece tres características básicas: la fidelidad a sí mismo en cuanto a nombres que suelen estar en el certamen, y hasta algunos ya lo han ganado, como los hermanos Dardenne (dos Palmas de Oro) y Ken Loach (una Palma), además de Mike Leigh, Atom Egoyan, Jean-Luc Godard, Olivier Assayas, David Cronenberg o Nuri Bilge Ceylan; segundo, el claro predominio del cine europeo, en ocasiones solo mediante coproducciones; y la escasa presencia del norteamericano en la Sección Oficial, al contrario de lo que sucedió en la edición anterior, reducida ahora a Tommy Lee Jones con The Homesman y Bennett Miller con Foxcatcher, junto al ya tradicional estreno de un film de animación, en este caso Dragons 2, aunque sí haya varios títulos más en las secciones paralelas.


Con su presupuesto de alrededor de 20 millones de euros, sus 25.000 acreditados y sus 3.500 informadores, Cannes sigue siendo el primer Festival del mundo, el que marca tendencias y aporta las películas más decisivas de cada temporada. De ahí que, por su doble condición de lugar de referencia crítica y de mercado, sería fundamental un mayor peso del cine español en Cannes, como también en Venecia y Berlín. Al no tenerlo actualmente, debe refugiarse cada año en el puerto seguro de San Sebastián.

(Publicado en "Turia" de Valencia, mayo de 2014).