Una edición de Cannes que sabe a poco


Xavier Dolan, Gran Premio del Festival por "Juste la fin du monde"

Contra lo que se esperaba, no fueron especialmente buenas las tres últimas jornadas del 69 Festival de Cannes. Sobre todo, a causa de un “viernes maldito”, en el que tuvimos que soportar las dos peores películas de la Competición oficial: The Last Face, de Sean Penn (una cursi historia de amor en medio de la guerra de Liberia, deshonesta al máximo, y a la que pertenece el texto más absurdo del certamen, cuando el personaje de Charlize Theron define al de Javier Bardem como “un huérfano de la Transición política española”…), y The Neon Demon, del sobrevalorado Nicolas Winding Refn, entregado a todo tipo de artificios estéticos a la hora de trazar una metáfora “caníbal” sobre el mundo de la moda en Los Angeles. Tampoco muy atrás en cuanto a “números” de puesta en escena se quedaba el canadiense Xavier Dolan en Juste la fin du monde, histérica adaptación de la obra teatral de Jean-Luc Lagarce, resuelta a base de primeros planos en que los actores despliegan su histrionismo. Como no podía ser menos tratándose del “niño mimado” del cine mundial, con tan solo con 27 años, el autor de Mommy se llevó el Gran Premio del Festival.

"El cliente", de Asghar Farhadi, doblemente premiada en el Palmarés

La compensación vino de la mano de otros tres films: Bachillerato (Premio ex-aequo a la Mejor Dirección), en la que Cristian Mungiu vuelve al tema preferido por el actual cine rumano, el de la corrupción de una sociedad ante la que resulta casi imposible escaparse; El cliente, del iraní Asghar Farhadi (recompensada por partida doble por su guion y la interpretación de Shahab Hosseini, quien fue también protagonista de Nader y Simín, una separación, del propio Farhadi), relato de la crisis de una pareja a raíz de la agresión que sufre ella y que el marido se obstina en vengar; y, sobre todo, Elle, donde el veterano Paul Verhoeven, se aleja mucho de Robocop y algo menos de Instinto básico para narrar con cínico humor la existencia de una mujer dueña de sí misma, pero también autoritaria y despótica, víctima de una violación que se transforma en relación sadomasoquista. Por Elle, Isabelle Huppert era clara merecedora del Premio a la Mejor Actriz, que fue a parar a la filipina Jaclyn Jose, por su estimable y emotivo trabajo en Ma’Rosa, de Brillante Mendoza. En una edición marcada por las protagonistas femeninas, también Sonia Braga por Aquarius o Sandra Hüller por la alemana Toni Erdmann optaban con fuerza a ese galardón.

Pero el Jurado presidido por George Miller, el autor de Mad Max, dio luz a un Palmarés inesperado. Precisamente los cinco films mejor valorados por la crítica internacional (Toni Erdmann, que sí logró el Premio de la Fipresci, Paterson, Aquarius, Sieranevada y Elle) fueron ignorados en su totalidad por ese “tribunal” tan poco ecuánime, situando en su lugar a títulos de menor valía, como el citado Juste la fin du monde, Personal Shopper, de Oliver Assayas (que compartió con Mungiu el Premio a la Mejor Dirección), o American Honey, de Andrea Arnold, Premio del Jurado.

 La alegría de Kean Loach tras recibir la Palma de Oro del 69 Festival de Cannes

"Timecode", de Juanjo Giménez, Palma de Oro al Mejor Cortometraje

Otra cosa es la Palma de Oro para Ken Loach por su magnífica I, Daniel Blake, a la que ya elogié en mi crónica anterior. Dado que el máximo galardón no fue para Paterson –para mí, la de Jarmusch es la verdadera e inolvidable “película del Festival”–, me alegro mucho de que haya ido a parar a manos del cineasta británico, y por una película como esta que hace honor a su tan coherente y combativa trayectoria.

Hablando de Palmas de Oro, hay que destacar la primera lograda por un cortometraje español gracias a Timecode, de Juanjo Giménez, que se une así al único ejemplo anterior con que a ese nivel contaba el cine español, Viridiana, de Luis Buñuel. Y destacar, asimismo, el Premio de la Semana de la Crítica obtenido por Mimosas, una especie de odisea entre el “western” y la mística esforzadamente llevada a cabo por Oliver Laxe. Por el contrario, ni la Julieta de Almodóvar ni La mort de Louis XIV, lo mejor que ha hecho hasta ahora Albert Serra, obtuvieron reconocimiento.


Cannes’16 ha llegado a su término. Un Festival que ha sabido a poco, sin demasiados títulos que se quedarán en el recuerdo, en una edición notoriamente inferior a las precedentes. Pero Cannes siempre es Cannes, el primer certamen del mundo y que nos deja percibir la situación por la que atraviesa el cine en estos difíciles momentos.

(Publicado en "Turia" de Valencia, mayo de 2016).

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